Cómo abrir caminos para cuando se pueda exportar más

Cómo abrir caminos para cuando se pueda exportar más

La Cancillería argentina debe potenciar su rol en la conducción de las negociaciones comerciales. Pero no podrá cumplir cabalmente con esta misión mientras no se defina un modelo claro de desarrollo y una consecuente estrategia comercial. Mientras esto se define, la Cancillería debe ir abriendo caminos a nivel externo e interno, en torno a las negociaciones, para maximizar nuestras ventas externas, cuando se pueda exportar más.

Estos esfuerzos de la diplomacia comercial son necesarios para recuperar parte del vasto terreno perdido en términos de exportaciones. Luego de alcanzarse en 2011 un total de exportaciones por 82.981 millones de dólares, en el 2015 -último año de la administación Kirchner-, se exportaron sólo 56.788 millones, una significativa caída del 31.5%. Con el comienzo del gobierno Macri, la situación no cambió en forma sustancial, ya que las exportaciones en 2016 representaron 57.733 millones de dólares, un incremento del 1.7% con respecto al 2015.

Esta tendencia se ha mantenido durante los primeros cinco meses de 2017, donde las exportaciones crecieron sólo un 0.8%.

Un objetivo de las negociaciones comerciales debe ser apoyar una estrategia comercial de “horizontes diversos”, es decir mantener relacionamientos positivos y simultáneos con el exterior próximo, las potencias establecidas y las emergentes. Más aún, dada la gran demanda por nuestros alimentos -sean éstos productos primarios (PP) o manufacturas de origen agropecuario (MOA)- debemos ir más allá de las potencias emergentes -India, China y la ASEAN-, y desarrollar oportunidades en África y el Medio Oriente.

Acuerdos comerciales

Afortunadamente ciertas acciones de la administración Macri van en esta dirección, aunque algunas con más éxitos que otras. Como desafío mayor, el Gobierno se ha propuesto concluir algún tipo de tratado Mercosur-Unión Europea, que siendo importante, no se presenta hoy como fácil o automático.

A su vez, se negocia con la EFTA (que incluye a Suiza y Noruega). Además, como resultados concretos se ha firmado el Acuerdo de Complementación Económica Mercosur-Colombia, y ratificado el Acuerdo Mercosur-Egipto. Ahora el desafío debe ser acelerar lo que el Secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Horacio Reyser, denomina los “acercamientos” con Asia -en particular India y ASEAN- y el África.

A su vez, hay que seguir maximizando oportunidades en el contexto de la ALADI, desarrollar nichos en Medio Oriente, y concretar acuerdos con países como Australia y Canadá. Un segundo objetivo de las negociaciones comerciales debe ser potenciar las tres “turbinas” de nuestras exportaciones: los PP, las MOA, y las manufacturas de origen industrial (MOI). Todas juegan un rol relevante, ya que los PP fueron en 2016 un 27.1% del total exportado, las MOA un 40.4% y las MOI un 29.0%.

Los acuerdos alcanzados con Colombia y Egipto se alinean con este segundo objetivo. Con Colombia, donde las MOI representan un 54% de lo exportado, se obtuvieron acuerdos para aumentar exportaciones en el sector automotriz. Esto está en línea con la idea de incrementar la exportación de MOI a los países miembros de la ALADI, el destino de casi tres quintos de nuestras MOI.

Por su lado, el ejemplo de Egipto ilustra el tipo de oportunidades que se pueden maximizar en Africa y el Medio Oriente, ya que el mix de exportaciones a ese mercado es de 56% en MOA, y de 43% en PP. Pero también abre teóricamente oportunidades para el sector automotriz. Para arribar a negociaciones exitosas, será necesario comprender en profundidad el impacto económico de sus diversos elementos.

Es preciso que la Cancillería potencie su poder de análisis, para comprender con exactitud qué opciones maximizan el interés nacional, en cada negociación. Así, se debe poder analizar cómo son impactados los diversos sectores productivos, ya sea en forma positiva o negativa, a través de sofisticados modelos econométricos. Siendo una idea central el maximizar los beneficios del país en su conjunto, y no el de determinados sectores productivos, la Cancillería debe ser capaz de desarrollar un punto de vista equilibrado.

El rol de la Cancillería

La Cancillería debe también ir abriendo caminos a nivel interno, validando sus puntos de vista con los sectores productivos, los ministerios ligados a la producción y el Congreso. La interacción con los sectores productivos es crítica para saber cuál es la oferta exportadora real y potencial de cada sector. Esto orientará a los equipos negociadores a enfocarse en lograr ventajas para los sectores que poseen una verificable oferta exportadora presente y/o futura.

Edificio de Cancillería Argentina

La interacción con el Congreso es crucial, ya que aprueba este tipo de acuerdos. Pero las acciones que lleve a cabo la Cancillería en torno a las negociaciones comerciales, no tendrán un impacto mayor si no son el reflejo de una estrategia de desarrollo, que dé un rol significativo a las exportaciones.

El componente exterior de esta estrategia debe evitar la exportación de impuestos distorsivos y mantener un tipo de cambio equilibrado y competitivo. En el mediano y largo plazo debe incluir el fortalecimiento de la infraestructura exportadora y aumentos sustentables en competitividad.

El accionar de la Cancillería en el área de las negociaciones comerciales debe ser prioritario y protagónico. Pero, como en otros campos de la política exterior, deberá guiar a la dirigencia política para que esta resista la doble tentación de exagerar las expectativas en cuanto a resultados inmediatos, y de descontar el impacto de los logros futuros.

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